Entre los diferentes gases de efecto invernadero (GEI), el dióxido de carbono (CO2) es el que tiene un impacto más penetrante al permanecer en la atmósfera por cientos de años y todavía más en los océanos. Este tipo de gases, por su composición química, absorben parte del calor que nos llega del sol y, como resultado, la temperatura media de la tierra está aumentando más allá de lo que ocurriría en condiciones naturales.
La huella de carbono es la métrica ambiental que calcula la totalidad de las emisiones de GEI generadas, directa o indirectamente, por una persona, grupo, organización, etc. Esta se mide en masa de CO2 equivalente, ya que este es el gas más abundante y por eso, se utiliza como referencia dentro de la medición del resto de los elementos. Esta herramienta permite conocer con mayor certeza la manera en que los GEI influyen en el calentamiento global, y por tanto, aceleran el cambio climático.
El resultado se obtiene multiplicando el dato de consumo -el nivel de la actividad generadora de las emisiones de GEI- por su correspondiente factor de emisión -la cantidad de GEI emitidos por cada unidad del parámetro anterior-.
Se estima que la industria del hierro y el acero es responsable del 6,7% del total de las emisiones de CO2, y es por eso que el compromiso con el reciclaje adquiere aún más relevancia. Tener conciencia de nuestras emisiones permite emprender acciones que puedan reducirlas, contribuyendo a un futuro más sostenible.
Fuentes:
https:// www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-es-la-huella-de-carbono-y-como-entender-este-indicador-ambiental/
https:// www.greenpeace.org/mexico/blog/9386/huella-de-carbono/#como-se-cuantifica-la-huella-de-carbono
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